El origen del feminismo tal y como lo conocemos nos sitúa a finales del siglo XVIII. Sin embargo, a lo largo de la historia han sido muchas las mujeres que se han planteado el rol que la sociedad les había impuesto. En el Día Internacional de la Mujer, queremos detenernos para conocer su historia, la evolución y el impacto que ha tenido este movimiento para construir una sociedad más igualitaria.

Origen del feminismo

Podemos encontrar el origen del feminismo en algunas obras antiguas, como las de pensadoras como Guillermina de Bohemia o Christine de Pizan. Esta última fue la autora de La ciudad y la dama (1405), un libro que luchaba contra la misoginia y que sentó las bases para el nacimiento, años más tarde, del feminismo. No obstante, no fue hasta el siglo XVIII que el movimiento empezó a extenderse más.

¿Cuál de la primera ola del feminismo?

El siglo XVIII es conocido por ser el Siglo de las Luces. Con él, llegaron la Ilustración y también la Revolución Francesa, que defendía la igualdad entre los ciudadanos hombres, y excluía a las mujeres. Al haber sido parte de la revolución y del movimiento ilustrado, muchas mujeres empezaron a ser conscientes, con su exclusión de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, de la opresión en la que vivían. Una de las representantes de este desencanto fue Olympe de Gouges.

De Gouge, escritora y filósofa política francesa, fue la primera mujer ilustrada que se atrevió a alzar la voz. Publicó Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana en el año 1791. Se trataba de un artículo en el que reivindicaba la igualdad de derechos civiles entre hombres y mujeres. La Ilustración, que había perseguido, luchado y defendido la igualdad de los hombres, no vio con buenos ojos que las mujeres reivindicaran lo mismo y, por defender la igualdad legal y jurídica entre ambos sexos, Olympe de Gouges fue guillotinada en 1973.

¿Quién fue la primera feminista de la historia?

Muchos consideran a Olympe de Gouges como la primera feminista de la historia, pero también reivindican el papel de Mary Wollstonecraft. Wollstoncraft (madre de Mary Shelley) fue la autora de Vindicación de los Derechos de la Mujer. En este artículo, proclamaba la igualdad entre sexos y declaraba que las diferencias entre ambos no eran algo natural, sino algo que se nos había enseñado a través de la educación.

Ante este texto, como cabe esperar, el poder no reaccionó positivamente. Se excluyó a las mujeres de los derechos políticos, se prohibieron las reuniones de más de 5 mujeres en la calle y muchas de ellas fueron encarceladas. La Ilustración sentó las bases de la primera lucha, pero también de la primera gran derrota del feminismo.

La segunda ola del movimiento feminista

La segunda ola feminista, también conocida como sufragismo, surgió en Estados Unidos y Reino Unido a mediados del siglo XIX. En esta segunda fase, el movimiento se transformó de una lucha intelectual a acción social.

Concretamente, en Estados Unidos, tras haber luchado por la independencia, las mujeres se agruparon para defender sus derechos junto con los de los esclavos. Destaca el papel de Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, quienes en 1848 organizaron la Convención de Seneca Falls. Esta fue la primera convención de Estados Unidos sobre los derechos de las mujeres y se aprobó la Declaración de Seneca Falls, firmada por 68 mujeres y 32 hombres.

Las mujeres inglesas, por su parte, empezaron a pedir el sufragio femenino en el año 1832, sin que se les escuchara. Esto provocó que las sufragistas pasaran a la acción años más tarde: Emily Davis y Elizabeth Garret Anderson escribieron la Ladies Petition. Este documento constituyó la primera petición másiva de voto para las mujeres que fue respaldada por casi 1.500 firmas y contó con el apoyo de John Stuart Mill y Henry Fawcett.

Ante la negativa persistente, en 1903 las sufragistas tomaron la iniciativa y, lideradas por Emmeline Pankhurst, empezaron a irrumpir en discursos y emplear métodos de lucha más agresivos como las huelgas de hambre, los sabotajes, los encadenamientos o incluso el uso de explosivos. Aún así, no sirvió de mucho.

El voto femenino

No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX que el sufragio femenino comenzó a ser una realidad. El primer país en aprobar el voto femenino fue Nueva Zelanda, el 18 de septiembre de 1893. Tras él siguieron Australia en 1902, Finlandia en 1906 y Rusia en 1917.

Además, después de la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido aceptó el sufragio femenino, aunque fue para “agradecer los trabajos prestados durante la guerra”. Y, en Estados Unidos, el derecho a voto para las mujeres llegó en 1920, aunque se excluía a todas aquellas que no fueran blancas.

La tercera ola y el segundo sexo

Después de la Segunda Guerra Mundial volvió a resurgir la insatisfacción. Las mujeres que habían visto satisfechos algunos derechos básicos y que habían participado de manera activa durante la guerra no querían volver al rol de esposas sumisas que habían desempeñado hasta ese momento. Buscaban independencia, trabajo, salarios justos, poder tener control sobre su propia maternidad y el derecho a divorciarse. Y aquí fue cuando aparecieron dos grandes escritoras y filósofas: Betty Friedan y Simone de Beauvoir.

Friedan publicó La mística de la feminidad en 1963. Se trata de un ensayo en el que habla de “el problema que no tiene nombre” y abordó la situación de sometimiento que era el pan de cada día de muchas mujeres, obligadas a cuidar a los demás antes que a ellas mismas.

Por otro lado, Beauvoir realizó un estudio más completo acerca de la condición de la mujer en el año 1949 con la publicación de El Segundo Sexo. En este ensayo, defendía que no existe ningún componente biológico que justifique los roles de género, sino que estos se crean según se cumplen los roles asociados a cada sexo. “No se nace mujer, se llega a serlo“, defendía Beauvoir.

Durante los 60 y los 70 hubo un boom de producción literaria entorno al movimiento y, a partir de los 90, se puso el énfasis en reivindicar que no hay un solo tipo de mujer sino múltiples, y que las cuestiones de clase, cultura, etnia, religión y nación tienen un gran impacto en la experiencia de ser mujer.

Feminismo en el siglo XXI

El feminismo ha cogido fuerza y ha dado lugar a fenómenos multitudinarios como las manifestaciones del 8 de marzo o el movimiento #MeToo, que denuncia las experiencias de acoso y abuso sexual de miles de mujeres. El origen del feminismo y su evolución nos han llevado hasta un nuevo hito en la historia de este movimiento.

Algunos expertos/as destacan que estamos, actualmente, en la cuarta ola feminista, con el foco puesto en cuestiones como la violencia de género, la brecha salarial o la presencia de los techos de cristal, entre otros. No obstante, a pesar de todos estos avances, todavía queda mucho camino por recorrer.

El movimiento feminista continúa luchando para garantizar los derechos de las mujeres. ¿Te gustaría conocer más acerca del feminismo y contribuir a instaurar planes de igualdad para garantizar los derechos de las mujeres? Conoce más acerca de la igualdad y cómo prevenir la violencia de género con la maestría especializada de la Escuela Origen.

Maestría Internacional en Igualdad de Género + Maestría Internacional en Prevención de la Violencia de Género